¡Bienvenido!

Un refugio con auténtico encanto, donde los detalles vintage y los toques modernos se mezclan armoniosamente. Las luminosas habitaciones, las paredes con textura y el cuidado mobiliario crean un ambiente cálido y refinado. Dispone de un salón con sofá cama doble y un dormitorio con cama individual y cama nido. En el corazón de un pueblo histórico, este encantador apartamento recibe a sus huéspedes con una elegancia cálida y auténtica, donde cada detalle cuenta una historia de estilo y confort. La entrada se abre a una sala de estar donde se encuentra el sofá cama doble, tapizado en tela ligera. La luz natural se filtra suavemente por las dos ventanas enmarcadas por cortinas de lino de color rosa, creando un ambiente íntimo y relajante. La cocina combina funcionalidad y encanto rústico, con muebles en sofisticado gris mate y detalles en negro que crean un refinado contraste. Las superficies oscuras dialogan armoniosamente con las vigas vistas y el suelo de madera antigua, mientras que una gran ventana encastrada en una pared vivida da luz y autenticidad a la estancia. Desde la ventana se puede admirar el lago, lo que añade un toque especial al ambiente. El dormitorio es un refugio acogedor y creativo. La cama individual con una segunda cama extraíble encaja a la perfección. La habitación está realzada por elementos de madera natural y una elegante iluminación suspendida. El cuarto de baño, moderno y meticulosamente diseñado, cuenta con una ducha a ras de suelo con cristales transparentes y un rociador con efecto lluvia. Los azulejos geométricos en tonos grises y beige, combinados con el revestimiento azul de las paredes, confieren un carácter atrevido pero refinado. Dos cuadros con sabor vintage completan irónicamente el espacio. Lo hace aún más especial un largo balcón con vistas al tranquilo barrio.